Historia

Historia

La historia de Alegia está repleta de preguntas y datos por resolver. La ausencia de documentación sobre el municipio es el principal obstáculo y a consecuencia de ello, no hay una fecha concreta de la creación del pueblo. Se dice que la gente que vivía esparcida en los alrededores se dio cuenta que iban a tener ventajas si se juntaban y que fue esa la razón para juntarse y crear el municipio.

La primera dificultad se le debe al nombre. El 11 de marzo de 1980, el Ayuntamiento puso en marcha una iniciativa para cambiar el nombre de Alegria de Oria por Alegia. Seis años después, el 22 de enero de 1986, la Viceconsejeria de Administración Local aprobó dicha iniciativa con una resolución. Una cosa es casi segura: la palabra Alegia no viene de un topónimo del castellano. Se pueden hacer muchas combinaciones con el sufijo “Erria”, pero ninguna con una base objetiva.

Alegia fue una de las tres conurbaciones más importantes de Gipuzkoa desde tiempos muy lejanos. Intentando buscar la etimología de esta palabra, la principal dificultad no se encuentra en la fonética, sino en la geografía: esa principal conurbación recogía en un principio los concejos de Lazkao, Olaberria, Itxaso y Arriaran. Más adelante se unieron a ella Zumarraga, Gabiria y Ezkioga. ¿Pero no es significante que en Gabiria haya un barrio que se llama Alegria?

Se desconoce la fecha exacta de la creación de Alegia. En el año 1319 se integró en la jurisdicción de Tolosa y el 21 de enero, a petición de los vecinos, se firmó la anexión, pasando a ser durante dos siglos uno de los veinticuatro barrios que componían la jurisdicción de esta ciudad.

Según los historiadores Henao y Garibay, los vecinos de Alegia pelearon en 1321 en la guerra de Beotibar: según ese criterio, estando el lugar y la conurbación bajo la misma jurisdicción, no sería de extrañar que los vecinos de Alegia formasen la compañía de ochocientos hombres que salió de Tolosa. Se ha utilizado también como motivo de participación de Alegia en esa guerra, que el día de celebración de San Juan Bautista, se hacía la Bordoi dantza en el pueblo. Esta danza que según la tradición, se bailaba cruzando las armas para celebrar que los ganadores de las guerras volvían con la victoria del campo de batalla, se practicaba sólo en Tolosa y Alegia.

En el año 1454, recibió el título de villa, en recompensa a los importantes servicios prestados al rey Enrique IV. De todas formas, la competencia en materia civil y criminal, y todos los derechos que le correspondían a una villa independiente los consiguió el 3 de abril de 1615, a través del privilegio que le otorgo Felipe III en Madrid.

Con el objetivo de obtener más representación en las Juntas Generales y Particulares de la provincia, se integró en la Union de Aizpurua (Aizpuruako Batasuna) con Ikaztegieta y Orendain. Esta unión se firmó el 7 de abril de 1625 y se procedió con un contrato. Entre las tres villas nombraban un apoderado común. Los pactos se renovaban cada veinte años. En 1660, Altzo se agregó a la Unión.

La Unión de Aizpurua contaba con 43 fuegos distribuidas de la siguiente forma: 11 fuegos le correspondían a Alegia, 13 a Orendain, 8 a Ikaztegieta y 11 a Altzo.

La sidra que se producía en los lagares locales fue famosa durante siglos, tanto por su calidad y cantidad. En la conurbación había 26 lagares, sin contar los que había en varios caseríos para consumo doméstico.

Tuvo cuatro fuentes de uso público para los vecinos. Una estaba en Linapozuelo, otra en Artosin, la tercera cerca del caserío Langatu y la cuarta en la margen izquierda del rio Amezketa.

En 1532 un incendio destrozó casi el pueblo entero. Sólo quedaron nueve casas. Y en 1648 se quemaron diecinueve casas.

Al estar tan cerca del rio, las inundaciones siempre han sido una amenaza a tener en cuenta. En las inundaciones del 20 de junio de 1762 murieron varias personas. Pero las riadas más graves que se recuerdan fueron las del 15 de octubre de 1953 y las del 26 de agosto de 1983. En las primeras, el agua alcanzó una altura de 2,10 metros y en las más recientes, el agua llegó a los 2,30 metros.

El escudo

El escudo del municipio de Alegia la componen cinco lobos ensangrentados, una bandera y símbolos de guerra. El escudo tallado en piedra se puede ver en la fachada del ayuntamiento. La piedra se trajo de Agurain (Alava).

El escudo fue concedido por el rey Enrique IV, para premiar la valentía que demostraron los alegiarras en la batalla de Olmedo.

Durante años, el escudo del municipio ha sido utilizado como imagen de identificación del ayuntamiento. Sin embargo, y sin dejar a un lado el escudo, el ayuntamiento utiliza una nueva imagen desde 2010. Esa imagen la componen, uno de los estandartes del pueblo que es el Zubi Zaharra (Puente Viejo) y el mismo ayuntamiento.